Jesús dijo a los sirvientes:
—Llenen de agua las tinajas.
Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.
8 —Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.
Así lo hicieron.9 El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio. – Juan 2:7-9
Beth Moore es una escritora de estudios bíblicos y en uno de ellos escribe de una situación que escuchó la voz de Dios y tuve que obedecer. Ella estaba en un aeropuerto esperando para su vuelo cuando vió a un señor viejo sentado en su silla de ruedas solo. El señor tenía ropa vieja, pero lo que mas saltó a sus ojos era su pelo largo, no peinado, y sucio. Bety en ese momento escuchó la voz de Dios que le dijo a ir y peinar su pelo. Tenía mucha duda para hacerlo, y también mucha pena para hacerlo a un hombre desconocido en frente de tantas personas. Pero aun se le acercó y pidió en voz alta si podía tener el honor de peinar su pelo. El señor dijo que sí, y le dijo que tenía un cepillo en la bolsa. Beth empezó a peinar el pelo del señor y el señor empezó a llorar, diciendo que estaba separado de su esposa por muchos años y este viaje fue la primera vez de Verla por muchos años, y que no tenía la fuerza para peinar a su pelo y estaba muy preocupado en como se va a presentarse a su esposa así. Cuando terminó Beth, y entró en el avión, un sobrecargo le preguntó porque lo hizo y en ese momento tuvo la oportunidad de compartir sobre el amor de Dios. Para Beth, no conocía la visión grande, pero fue obediente aun.
Así era con los discípulos en estos versículos, Jesús les mandó hacer algo, los discípulos no preguntaban porque, y el resultado fue el primer milagro del ministerio de Jesús. Lo que podemos aprender de esta historia es tenemos que ser obedientes a la dirección de Dios en nuestras vidas, a veces no la vamos a entender ni conocer la razón o el resultado. Y muchas veces son cosas muy sencillas que Dios nos pide hacer, pero a la misma vez puede ser cosas que son difíciles de hacer o entender, pero Dios, por medio de nuestra obediencia, puede utilizar a nosotros.
Una vez un senador de los EU estaba visitando a Madre Teresa en la India, y la vió limpiando la heridas de unos léperos. El senador le comentó, “Madre Teresa no debes hacer esto!”, y en respuesta le dijo, “mi querido senador, no estoy llamada para ser existosa, estoy llamada para ser obediente.”
¿Pueden ser más sensibles a la voz de Dios en sus vidas, y responder en obedencia? ¿pueden hacer cualquier cosa aunque no la entienden porque?